5 mitos sobre facturación electrónica
La facturación electrónica es ya un hecho y una actividad que debes realizar si no quieres ser acreedor de una multa. A pesar de esto, sigue habiendo algunos mitos alrededor de la facturación electrónica.
Para realizarla como es debido, y no ser víctima de fraudes, ni retrasos o expedir malas facturas y quedar mal con los clientes y el SAT; es preciso saber con exactitud: qué son las facturas electrónicas, cómo funcionan, por qué y cómo hay que expedirlas y validarlas.
Es por eso que aquí te compartimos 5 mitos sobre la facturación electrónica que debes conocer como contribuyente:
1.- Es común encontrar a independientes, emprendedores e incluso algunos empresarios que piensan que ellos no necesitan emitir ninguna factura electrónica. Esto, sólo pone en evidencia la ignorancia sobre quién es el responsable a la hora de facturar.
Aunque seas un trabajador que labora por su cuenta, tienes la obligación de realizar facturas y entregarlas por los servicios o productos que ofreces o adquieres. Y si expides y recibes facturas necesitarás llevar su control y almacenamiento.
2.- Cuando vemos las palabras facturación electrónica se nos revuelve la cabeza. Quizá pensemos que cualquier trámite gubernamental es tardado y harto difícil. Aunado a esto, vemos abreviaciones como CFDI, FIEL, XML y escuchamos hablar sobre certificado de sello digital, firma digital, validación de factura, etc. lo que nos lleva a pensar que el proceso de facturación es laborioso y complicado.
Pero no es así: para poder expedir tu factura electrónica debes registrarte en el SAT, creando tu firma electrónica avanzada (FIEL) y tu certificado de sello digital. Podrás validar tus facturas directamente en el portal del SAT o a través de un proveedor certificado por el SAT. Es así de fácil.
3.- Todos saben que deben sacar facturas electrónicas; pero bien a bien, todavía hay personas que ignoran cuál es su importancia o para que se tienen que emitir y recibir facturas. La realidad es que una factura electrónica sirve para lo mismo que una factura tradicional servía.
Las facturas electrónicas se utilizan a la hora de declarar impuestos. Estas comprueban nuestros gastos, y el tener facturas validadas hace que nos reembolsen algunos gastos. La diferencia es que al hacerla digitalmente supone una mayor seguridad y ahorro de tiempo.
4.- El no saber cómo funciona una facturación electrónica, ni cómo se realiza su trámite, o para qué hay que hacerlo. El escuchar toda esa terminología de la que no conoces su significado, te puede abrumar y hacer pensar que el proceso de facturación es largo, tedioso y que tendrás que invertir mucho tiempo.
Pero la verdad es que facturar electrónicamente es sencillo y tan sólo lleva unos minutos. Desde el registro hasta la emisión y validación de facturas. No es complicado.
5.- Se tiende a pensar que para almacenar las facturas electrónicas deben imprimirse, como si de facturas tradicionales se tratase. Nada más equivocado. Pues al emitirse, se hacen con un formato XML, lo que quiere decir que quedan almacenadas virtualmente.
El objetivo de facturar electrónicamente es facilitar, ahorrar tiempo y dinero. Así que desde crear, almacenar y recibir, todo se hace y se mantiene de manera virtual.
Ya ves, la facturación electrónica no es difícil como se piensa.